Nutrición Infantil - Publicado el 22 de junio de 2021

Efectos a largo plazo de alimentos ultraprocesados

Efectos a largo plazo de alimentos ultraprocesados

De acuerdo con el sistema de clasificación de alimentos NOVA, elaborado en 2010 por expertos de la Universidad de Sao Paulo (Brasil), los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales de ingredientes sometidos a una serie de procesos físicos, químicos y biológicos.

Suelen tener altos niveles de azúcares agregados, sal y grasas saturadas y están diseñados para ser baratos, agradables al paladar, duraderos, cómodos y atractivos especialmente para niños y adolescentes.

Un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) habría confirmado la relación entre la ingesta de alimentos ultraprocesados en 9.025 niñas y niños británicos con edades entre los 7 y los 24 años y peores trayectorias de adiposidad en la edad adulta temprana.

“Cada vez hay más pruebas que relacionan el consumo de refrescos, aperitivos envasados, panes de producción masiva y algunas comidas preparadas con obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros problemas de salud en los adultos”, comenta la doctora Kiara Chang, primera autora del estudio

“Sin embargo, aún faltan datos sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud de los más pequeños, un mercado clave para la industria ya que consumen más cantidades en su dieta que los adultos”, señala. “En nuestro estudio, estos productos suponían el 80 % o más de su ingesta calórica diaria en uno de cada cinco niños y niñas, lo cual es muy preocupante”.

Los resultados publicados, analizan la evolución del IMC, del índice de masa grasa, del peso y del perímetro de la cintura entre los 7 y los 24 años de edad. Una mayor ingesta se asoció a un mayor aumento de peso y a incrementos en una amplia gama de medidas de peso poco saludables, y esto se extendió a la adolescencia y a los primeros años de la edad adulta.

Según Chang, las conclusiones de este trabajo, ponen de manifiesto la necesidad de emprender acciones urgentes y radicales mediante la reducción de la exposición y el consumo de estos productos por parte de los niños para contrarrestar la creciente carga internacional de la obesidad.

La autora sostiene que las directrices dietéticas deberían actualizarse para enfatizar la preferencia por los alimentos frescos y evitar los ultraprocesados. Estos productos deberían ser gravados y en cambio, los menos procesados, deberían ser subvencionados para hacer más asequibles las opciones más saludables.

Full text: https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2780512