Alimentos y Nutrientes - Publicado el 27 de noviembre de 2019

En un laboratorio y sin sufrimiento animal: la Argentina ya produce su propia carne cultivada

En un laboratorio y sin sufrimiento animal: la Argentina ya produce su propia carne cultivada

La carne producida de manera artificial en un laboratorio aún no está a la venta –se cree que sólo 50 personas probaron esta innovación en todo el mundo–, pero lo cierto es que se trata de un asunto que ya es tomado en cuenta por científicos y por empresas.

A nivel mundial, en 2013, el holandés Mark Post, profesor de Fisiología Vascular de la Universidad de Maastrict, presentó la primera hamburguesa de carne cultivada en laboratorio, a un costo de USD 280.000.

En la Argentina, el laboratorio Craveri es pionero en la investigación sobre producción de alimentos, en su división de Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados.

En julio del año pasado se supo que el gigante farmacéutico alemán, Merck, y el consorcio suizo Bell Food Group invirtieron casi USD 9 millones en una compañía holandesa, Mosa Meat, que ve el futuro en la producción de carne artificial.

También las empresas norteamericanas Tyson Foods y Cargill Inc., además del cofundador de Google Sergey Brin, invierten ya en el cultivo y desarrollo de células de ganado vacuno, porcino o de otro tipo, en enormes biorreactores capaces de hacerlas crecer hasta niveles de aprovechamiento industrial.

Pero, ¿qué es la carne cultivada? El proceso comienza con la obtención de una pequeña muestra del tejido muscular del animal vivo, en un procedimiento rápido, inofensivo y bajo anestesia. Esa “biopsia” se transporta en un medio de cultivo controlado hasta el laboratorio.

In vitro, con nutrientes y factores de crecimiento, las células proliferan del mismo modo que lo harían en el animal, hasta multiplicar esa pequeña muestra millones de veces. El producto resultante se coloca en un soporte que favorece la tendencia natural de las células a contraerse, de modo que se formen pequeños anillos de tejido muscular.

“La posibilidad tecnológica de hacer esto está, lo que está faltando es el escalado, o sea, convertir el desarrollo de laboratorio en industrial”, analizó a Infobae el doctor Federico Prada, director de la Licenciatura en Biotecnología y Bioinformática de UADE.