Alimentos y Nutrientes - Publicado el 05 de octubre de 2020

Las bebidas azucaradas reducen la posibilidad de prevenir enfermedades cardiovasculares

Las bebidas azucaradas reducen la posibilidad de prevenir enfermedades cardiovasculares

La ingesta de fructosa afecta la producción de sulfuro de hidrógeno, H2S, una molécula que ejerce en el organismo un papel protector contra el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Así concluye una nueva investigación, realizada por la Universidad CEU San Pablo.

“Resultó muy llamativo descubrir que el consumo de fructosa en el agua de bebida tan solo durante 21 días consigue disminuir claramente la síntesis en el hígado de sulfuro de hidrógeno. Y más teniendo en cuenta que el hígado es el principal productor de dicho gasotransmisor en el organismo”, apunta Carlos Bocos, líder del trabajo.

El consumo excesivo de estos productos, y por tanto de fructosa, se ha relacionado con la aparición de enfermedades como la obesidad, la diabetes, e incluso enfermedades cardiovasculares o el síndrome metabólico. Además, se sabe que la alimentación de la madre durante la gestación repercute en la salud de la descendencia una vez adulta, a través de un proceso conocido como programación fetal.

Como explica Bocos, el sulfuro de hidrógeno “puede mejorar la acción de la insulina en los tejidos y así combatir la diabetes; disminuir la acumulación hepática de grasa y el estrés oxidativo y así paliar el síndrome metabólico; relajar el endotelio vascular y reducir la inflamación o la agregación plaquetaria e impedir que se desarrolle el proceso aterogénico que desembocaría en una enfermedad cardiovascular; incluso, se ha descrito que tiene capacidad de reducir la presión arterial”.

“El hecho de que el consumo de alimentos o refrescos ricos en fructosa reduzca la síntesis de H2S tiene unas claras e importantes implicaciones clínicas. Y más en la actualidad, ya que se ha comprobado que dichas enfermedades agravan la severidad de la covid-19”, detalla Bocos. Por ello, los investigadores recomiendan “disminuir en la dieta los alimentos que contengan fructosa, mediante un consumo preferente de comidas y bebidas de origen natural frente al de comidas procesadas, bollería industrial y refrescos azucarados”.