Enf. Cardiovasculares - Publicado el 09 de septiembre de 2022

Relacionan el consumo de edulcorantes artificiales con las enfermedades cardiacas

Relacionan el consumo de edulcorantes artificiales con las enfermedades cardiacas

Según un estudio publicado recientemente en 'The BMJ' podría asociarse un mayor consumo de edulcorantes artificiales a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos el infarto de miocardio y el ictus.

Las conclusiones indican que estos aditivos alimentarios, consumidos a diario por millones de personas y presentes en miles de alimentos y bebidas, no deben considerarse una alternativa sana y segura al azúcar, en consonancia con la postura actual de varios organismos sanitarios.

Diversas investigaciones han relacionado el consumo de edulcorantes artificiales o de bebidas edulcoradas artificialmente (ASB) con el incremento de peso, la hipertensión arterial y la inflamación, pero hasta el momento no estaría claro el rol de los edulcorantes artificiales en la causa de diversas enfermedades, incluidas las cardiovasculares (ECV). 

Con el objetivo de profundizar sobre esta cuestión, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserm) de Francia analizaron los datos de 103.388 participantes (con una edad media de 42 años y un 80% de mujeres) del estudio NutriNet-Santé.

La ingesta dietética y el consumo de edulcorantes artificiales se evaluaron mediante registros dietéticos repetidos de 24 horas y se tuvo en cuenta una serie de factores sociodemográficos, de salud y de estilo de vida potencialmente influyentes.

Los edulcorantes incluidos en el estudio fueron aspartamo, acesulfame K y sucralosa y se analizaron también diversas fuentes dietéticas (bebidas, edulcorantes de mesa, productos lácteos, etc.).

Del total de participantes, un 37% consumía edulcorantes artificiales, con una ingesta media de 42,46 mg/día (aproximadamente un paquete individual de edulcorante de mesa o 100 mL de refresco dietético).

Los mayores consumidores de edulcorantes artificiales tendían a ser más jóvenes, a tener un mayor índice de masa corporal y a ser más propensos a fumar. Además, este grupo, era menos activo físicamente y menos propenso a seguir un plan alimentario.

Durante el periodo de seguimiento (9 años), se produjeron 1.502 eventos cardiovasculares. Entre ellos se encontraban el infarto de miocardio, la angina de pecho, la angioplastia (un procedimiento para ensanchar las arterias obstruidas o estrechas que van al corazón), el accidente isquémico transitorio y el ictus.

Los autores señalan que la ingesta total de edulcorantes artificiales se habría asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (tasa absoluta de 346 por 100.000 años-persona en los mayores consumidores y de 314 por 100.000 años-persona en los no consumidores).

El consumo de aspartamo se asoció a un mayor riesgo de eventos cerebrovasculares (186 y 151 por 100.000 años-persona en consumidores y no consumidores, respectivamente), mientras que el acesulfame K y la sucralosa se habrían asociado a un mayor riesgo de enfermedad coronaria (acesulfame K 167 y 164 por 100.000 años-persona; sucralosa: 271 y 161 por 100.000 años-persona en consumidores y no consumidores, respectivamente).

Los autores señalan que sus resultados no sugieren ningún beneficio de la sustitución de los edulcorantes artificiales por el azúcar añadido en los resultados de las ECV y debe subrayarse que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede establecer la causa, ni los investigadores pueden descartar la posibilidad de que otros factores desconocidos (de confusión) puedan haber afectado a sus resultados.

Full text: https://www.bmj.com/content/378/bmj-2022-071204