- Publicado el 15 de febrero de 2022

Revelan un mecanismo de toxicidad de un grupo de compuestos cancerígenos derivados de la dieta y el ambiente

Revelan un mecanismo de toxicidad de un grupo de compuestos cancerígenos derivados de la dieta y el ambiente

Un grupo de trabajo del Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA) en Argentina ha revelado en un reciente estudio como el formaldehído, en reacción con el glutatión -principal antioxidante celular-, desestabiliza su capacidad de actuar como antioxidante, causando estrés oxidativo y conduciendo a una toxicidad celular general. El trabajo fue liderado por el jefe del grupo “Metabolismo del cáncer”, Lucas Pontel. 

Nuestras células procesan los nutrientes de la dieta generando numerosas moléculas necesarias para crecer y desarrollarnos. Este conjunto de reacciones se conoce como metabolismo, y también puede dar origen a compuestos no deseados o subproductos que dañan la célula y en última instancia dan inicio a un proceso patológico. Entre estos metabolitos no deseados encontramos aldehídos como el formaldehído. Este metabolito se produce en nuestras células como parte del metabolismo normal y a partir de componentes de la dieta tales como el endulzante aspartamo o algunos jugos de frutas. La polución ambiental y el humo de cigarrillo también pueden contribuir a incrementar el formaldehído celular. Este aldehído es muy reactivo y es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un compuesto cancerígeno.

Por otro lado, para evitar que el formaldehído se acumule, nuestras células cuentan con ‘una maquinaria’ compuesta principalmente por la enzima alcohol deshidrogenasa 5 (ADH5). 

“Exploramos de qué manera el formaldehído estaba causando ese daño, y encontramos que se produce una tormenta de especies reactivas del oxígeno, o estrés oxidativo. Esto es porque el formaldehído ataca a las defensas antioxidantes de la célula dañando el principal antioxidante celular conocido como glutatión”, señala el investigador. Es decir que además de dañar al genoma, lesiona a las defensas antioxidantes.

Lo que el grupo de investigación propone es que el mecanismo descubierto es indirecto: el formaldehído inactiva al glutatión y eso hace que éste no pueda evitar que se genere estrés oxidativo en las células, llevando a un daño generalizado y a la muerte celular.

El equipo de investigadores sugiere incrementar el consumo de antioxidantes -que tienen la propiedad de cumplir la función que naturalmente lleva a cabo el glutatión- en personas sanas: “Si incorporamos en nuestra dieta compuestos antioxidantes para restablecer el equilibrio oxidativo de la célula, entonces el formaldehído deja de ser tan nocivo. Nuestro trabajo sugiere que simplemente aumentando el consumo de antioxidantes naturales se puede llegar a contrarrestar la toxicidad de este compuesto retrasando la aparición de enfermedades como cáncer en personas sanas”, concluye Pontel y agrega, “algunos ejemplos son los vegetales crucíferos, como coliflor, brócoli o el repollo. También espárragos, paltas y la espinaca”.

Full text: https://www.nature.com/articles/s41467-022-28242-7.pdf