Obesidad - Publicado el 26 de septiembre de 2019

Los patrones de sueño deberían considerarse un factor de riesgo de obesidad en adolescentes

Los patrones de sueño deberían considerarse un factor de riesgo de obesidad en adolescentes

Este nuevo estudio indicaría que las preferencias y patrones de sincronización del sueño de los adolescentes deberían incluirse como factores de riesgo para la obesidad y la salud cardiometabólica, y que los efectos son mayores en las chicas que en los chicos.

“Más allá de la cantidad y la calidad, el tiempo es un componente vital del sueño porque determina si el reloj circadiano de un individuo, el horario interno de sueño / vigilia, está sincronizado con los ritmos de sus actividades diarias”, señala Elsie Taveras, investigador principal de un nuevo estudio publicado en JAMA Pediatrics.

“Esto es particularmente importante en el caso de los adolescentes cuyas preferencias nocturnas y demandas académicas a menudo resultan en horarios de sueño irregulares que pueden causar una desalineación circadiana. Nuestra investigación encontró que los adolescentes que prefieren acostarse tarde pero tienen que levantarse temprano para ir a la escuela, tenían una circunferencia de cintura mayor y una mayor adiposidad abdominal que aquellos que prefieren acostarse temprano y levantarse temprano para comenzar su día”.

Los investigadores enfatizaron la necesidad de mantener patrones consistentes de sueño-vigilia durante la semana, incluso los fines de semana, para reducir el riesgo de obesidad y promover la salud cardiometabólica.

Para realizar esta investigación se estudió a 804 niños que formaban parte del Proyecto Viva, un innovador estudio de cohorte iniciado hace 20 años por investigadores del Harvard Pilgrim Health Care Institute que siguió a madres y niños del área de Boston para caracterizar los factores de vida temprana que influyen en la salud a largo plazo.

Los científicos examinaron los cronotipos y las diferencias en el horario de sueño entre la escuela y los días libres en niños cuyas edades iban de 12 a 17 años. Los cronotipos nocturnos y el mayor desfasaje horario social se asociaron con una mayor adiposidad.

“Una gran variabilidad en los patrones de sueño durante la semana podría alterar la fisiología normal, resultando en obesidad y riesgo cardiometabólico”, explica la autora principal Elizabeth Cespedes Feliciano.

Se observaron asociaciones más fuertes en relación a la adiposidad en niñas frente a niños. Si bien las razones de esa diferencia no se entienden completamente, podrían incluir influencias biológicas y socioculturales.

Según los investigadores debería alentarse la consistencia en los horarios de sueño y los horarios de cama y vigilia, así como las mejoras en la higiene del sueño al limitar los medios electrónicos y el uso de cafeína en la noche.

Abstract: https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/article-abstract/2749344