Nutrición Infantil - Publicado el 01 de junio de 2021

Intervenir en las escuelas, una acción prometedora contra la obesidad infantil

Intervenir en las escuelas, una acción prometedora contra la obesidad infantil

La Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la OMS fue creada en 2007. De los estados miembros de la Región Europea de la OMS, en esta ocasión han participado 38 países, midiendo a unos 250.000 niños en edad escolar. La participación de los niños en el estudio fue alta en casi todos los países (alrededor del 90%). La información recopilada incluye mediciones antropométricas, información sobre la ingesta dietética, datos de actividad e inactividad física de los niños e información del entorno escolar.

La prevalencia del sobrepeso y obesidad fue del 29% en los niños y del 27% en las niñas de 7 a 9 años. Estas cifras globales consideraban una variación importante entre países (prevalencia de exceso de peso, 9%-43% en niños y 5%-43% en niñas). La mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad se había observado en países del área mediterránea (Chipre, Grecia, Malta, Italia y España) y la prevalencia más baja en países de Asia Central (Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán). Los datos de la cuarta ronda confirmaron una vez más diferencias según género, con un exceso de peso más frecuente en los niños.

Casi el 80% de los niños desayunaba todos los días, alrededor del 45% comía fruta a diario y el 25% consumía verduras todos los días. Las niñas solían consumir alimentos más saludables. Se habría observado además una asociación entre la educación de los padres, el hábito del desayuno y el consumo diario de fruta y verdura.

El consumo frecuente de aperitivos dulces se estimó en un 27% de los niños. No se observaron diferencias según género en este caso, pero las chicas tendían a ser menos propensas a consumir bebidas poco saludables. 

Además se informó que uno de cada dos niños utilizó el transporte activo (a pie o en bicicleta) para asisitir a la escuela, variando de forma muy considerable según el país y observándose diferencias importantes según sexo. La mayor parte de los niños pasaba al menos una hora al día jugando al aire libre. En promedio, sólo uno de cada tres niños practicaba deportes o bailes durante al menos 2 horas a la semana. 
Los niños de padres con mayor nivel educativo fueron más propensos a practicar deportes o baile mientras que los hijos de padres con menor nivel educativo tuvieron más probabilidades de ir a pie o en bicicleta a la escuela. 

Con respecto al uso de pantallas, alrededor del 40% de los niños pasaron al menos 2 horas al día viendo la televisión o utilizando dispositivos electrónicos. El tiempo frente a la pantalla mostró un patrón de género: los niños veían más la televisión y usaban más los dispositivos electrónicos. Este comportamiento frente a la pantalla también se asociaría con la educación de los padres: los niños cuyos padres presentaron un nivel educativo más bajo tendían a estar más expuestos a las pantallas.

Los datos recopilados habrían mostrado además, que la mayoría de las escuelas tenían educación nutricional como parte de su plan de estudios, aunque las cifras variaban entre países. La disponibilidad de fruta fresca en las instalaciones escolares era bastante frecuente y al menos un 70% de las escuelas, ofrecían fruta fresca (de forma gratuita o a la venta). Los refrescos no estaban disponibles en la mayoría de las escuelas ni los aperitivos dulces ni salados. 

En relación a la actividad física, se observó que los centros escolares disponían de una zona de juegos al aire libre, mientras que la disponibilidad de un gimnasio interior era menos común. Además de ofrecer actividades físicas y crear un entorno saludable, las escuelas deberían promover un estilo de vida saludable participando en proyectos específicos. La mayoría de las escuelas organizaban iniciativas para promover la actividad física o los hábitos alimentarios saludables y la proporción de centros escolares que participaban activamente superaba el 80%.

En conclusión, existen varias áreas de acción esenciales para contribuir a prevenir la obesidad y el sobrepeso. Las intervenciones en las escuelas para promover dietas saludables y actividad física, serían prometedoras debido a que pueden ayudar a que los niños de todos los entornos socioeconómicos puedan tener acceso a alimentos saludables y a practicar actividad física. 

Informe: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/341189/WHO-EURO-2021-2495-42251-58349-eng.pdf