Nutrición Infantil - Publicado el 31 de octubre de 2023

Efectos cardiometabólicos del consumo de cereales integrales en niños

Efectos cardiometabólicos del consumo de cereales integrales en niños

La presencia de factores de riesgo cardiometabólicos en la infancia aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular en etapas posteriores de la vida, siendo necesario estudiar cómo mejorar la salud cardiovascular tan pronto como sea posible en la vida de las personas.

Un ensayo cruzado aleatorizado realizado en Dinamarca estudió a una cohorte de 55 niños  que recibieron dietas que contenían granos enteros o refinados por 8 semanas. El consumo de cereales integrales redujo significativamente los niveles de colesterol LDL, de triglicéridos y la relación entre colesterol total y HDL. Además, se halló que las dietas con granos enteros son beneficiosas para la microbiota intestinal y reducen la fatiga sin impacto negativo en la salud de los niños.

Se incluyeron 55 niños sanos de entre 8 y 13 años, que presentaban sobrepeso (+1 DE sobre la mediana de BMI en Dinamarca) y que consumían cereales y pan diariamente. Se excluyeron aquellos niños con alergia a los cereales enteros o refinados y aquellos que consumían suplementos o medicamentos que alteraran su perfil lipídico o cardiometabólico.

Los productos integrales abarcaron snacks de consumo frecuente en Dinamarca durante el desayuno, almuerzo y cena, que aportaban al menos 50% de granos enteros en peso seco, basados en avena y centeno. Los productos de harinas refinadas tenían alto contenido de trigo, maíz o arroz refinados y bajo aporte de cereales integrales.

Se instruyó a los niños para que consumieran los alimentos provistos a demanda, considerando una meta de ingesta de 150 a 200 g diarios de estos alimentos, incluyendo 75g de cereales integrales y 14 a 19g de fibra dietaria durante el período de dieta con granos enteros.

Se registró la ingesta diaria de productos refinados o integrales a través de balanzas de cocina. Además, se obtuvo un registro alimentario de 4 días. Se utilizó una escala Likert, para registrar y analizar a través de un cuestionario la frecuencia de las deposiciones y síntomas gastrointestinales predefinidos.

Se tomaron muestras de sangre y se registraron medidas antropométricas (peso, talla, circunferencia de cintura), presión arterial, composición corporal (DEXA), y puntajes Z de IMC ajustados por sexo.

52 niños completaron el estudio, 50% varones. La adherencia por auto reporte de ingesta fue elevada. Los análisis de las muestras de sangre revelaron que las dietas con granos enteros se asociaron con menor aporte de energía, menor aporte de hidratos de carbono, mayor aporte proteico y de fibra que las dietas con granos refinados.

Se observó que las dietas con granos integrales redujeron el colesterol LDL plasmático, los triglicéridos y el colesterol total, a la vez que incrementaron los niveles de acetato y propionato, en comparación con las dietas con granos refinados. Las muestras de materia fecal, evidenciaron un aumento en el butirato durante el lapso de tiempo en que los niños consumieron la dieta con granos integrales. Sin embargo, no se observaron diferencia en los niveles de insulina o glucosa entre ambas dietas. Se hallaron valores más bajos de proteína C reactiva en las dietas con granos integrales, pero no se observaron cambios en el IMC ni en la adiposidad. 

Artículo original: ScienceDirect