- Publicado el 18 de septiembre de 2025
Impuestos a bebidas azucaradas

Las bebidas azucaradas representan la principal fuente de azúcares añadidos en la dieta y están estrechamente relacionadas con mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. Desde la primera iniciativa en Berkeley, California, en 2015, múltiples ciudades y estados han implementado impuestos a estos productos con el objetivo de desincentivar su consumo y, al mismo tiempo, generar recursos económicos para programas de salud y educación. Investigaciones recientes muestran que estas políticas no solo reducen la ingesta de azúcares, sino que también se asocian con mejoras en índices de masa corporal, salud bucal y resultados perinatales.
Un análisis realizado por investigadores de la Universidad de Pensilvania recopiló 33 estudios sobre políticas fiscales a nivel global aplicadas a bebidas azucaradas. Se evaluaron los efectos en consumo, ingesta total de azúcares, indicadores metabólicos y resultados comunitarios. Además, se revisaron casos específicos en ciudades como Seattle, Berkeley, Filadelfia, San Francisco y, más recientemente, Santa Cruz. Los datos fueron complementados con información de la American Heart Association y de organizaciones comunitarias que participaron en la implementación y gestión de los recursos generados por estas medidas.
La evidencia demuestra reducciones significativas en el consumo de bebidas azucaradas, con descensos de hasta 35% en adultos tras la implementación de impuestos en Filadelfia. En Seattle, la obesidad disminuyó 4.5% desde la aplicación del gravamen en 2017. Además, los ingresos recaudados se destinaron a programas de alto impacto: en San Francisco se financiaron bebederos de agua en escuelas, en Berkeley programas de educación nutricional, y en Filadelfia la universalización de la educación preescolar. El modelo de coaliciones comunitarias, lideradas en parte por la American Heart Association, resultó clave para contrarrestar la influencia de la industria de bebidas y asegurar la legitimidad social de las políticas. Los estudios también reportaron beneficios indirectos, como mejoras en el perfil lipídico y en la salud materno-infantil.
Los impuestos a bebidas azucaradas constituyen una intervención de salud pública eficaz, capaz de reducir la ingesta de azúcares y generar beneficios tangibles en la salud de la población. Más allá de la reducción del consumo, su mayor valor radica en la capacidad de financiar programas de nutrición, educación y equidad social, fortaleciendo la salud comunitaria de manera integral. La evidencia acumulada sugiere que estas medidas pueden ser replicadas y escaladas a nivel estatal o nacional, siempre que cuenten con la participación activa de organizaciones comunitarias y profesionales de la salud. Para los nutriólogos, resulta fundamental conocer y difundir estos resultados como parte de una estrategia de prevención de enfermedades crónicas asociadas a la dieta.
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Fuente: https://www.heart.org/en/around-the-aha/evidence-mounts-that-sugary-drink-taxes-make-communities-healthier
Para más información: American Heart Association