- Publicado el 02 de julio de 2025
Interacción dieta–butirato en hipertensión leve

La hipertensión afecta a casi la mitad de los adultos en EE. UU., siendo particularmente prevalente entre la población afroamericana. Aunque el butirato (un ácido graso producido por la microbiota intestinal a partir de la fibra) ha mostrado efectos positivos sobre la presión arterial, los estudios han sido limitados y contradictorios. Este trabajo buscó comprender cómo la dieta cotidiana modula la capacidad del intestino para generar butirato y cómo esa producción, en combinación con la dieta, impacta la presión arterial.
Se llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y cruzado en adultos afroamericanos de 30 a 50 años, sedentarios, con o sin hipertensión leve. Los participantes con hipertensión se autoadministraron enemas con diferentes concentraciones de butirato y usaron monitores ambulatorios de presión arterial durante 24 horas. Se evaluaron sus hábitos dietéticos mediante registros de 3 días y se analizó la calidad de su dieta con el Índice de Alimentación Saludable (HEI-2015).
Las respuestas de la presión arterial al butirato intestinal variaron según el patrón alimentario. Quienes consumían menos verduras (especialmente “otras verduras” como brócoli, repollo y cebolla) experimentaron mayores reducciones en la presión diastólica y media. Una mayor ingesta de cereales se asoció con mejoras en la rigidez arterial. Sorprendentemente, el consumo dietético de butirato y de fibra soluble se correlacionó positivamente con presión arterial sistólica más alta, probablemente por el origen alimentario graso del butirato dietético. No se encontraron diferencias significativas en la calidad total de la dieta entre los grupos con y sin hipertensión.
Este estudio sugiere que el butirato intestinal puede reducir la presión arterial, especialmente en personas con patrones dietéticos menos saludables. La dieta habitual actúa en conjunto con el microbioma intestinal para modular la salud cardiovascular. Se destaca la necesidad de priorizar el consumo de verduras y cereales integrales como parte de una estrategia de prevención en poblaciones vulnerables, particularmente afroamericanos con hipertensión leve. Estos hallazgos abren nuevas vías para intervenciones personalizadas basadas en dieta y microbiota.
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Fuente: MDPI
Para más información: https://www.mdpi.com/2072-6643/17/8/1392