Otros - Publicado el 24 de octubre de 2023

Disbiosis e inflamación en casos de COVID severo y prolongado

Disbiosis e inflamación en casos de COVID severo y prolongado

Millones de microorganismos habitan nuestro cuerpo ayudándonos a digerir alimentos y protegiéndonos de patógenos dañinos, entre otras funciones. Aunque gran parte del microbioma consiste en bacterias, se ha demostrado que una parte formada por hongos, la micobiota, también interactúa con el sistema inmune.

Investigaciones previas han demostrado que muchas personas con COVID-19 presentan alteraciones en la microbiota intestinal, lo que favorecería el ingreso de patógenos en la sangre. Además, algunos enfermos críticos de COVID-19 han contraído peligrosas infecciones fúngicas en los pulmones.

Investigadores examinaron muestras de sangre de 91 personas hospitalizadas por COVID-19 en 2020, de los cuales casi tres cuartos cursaron COVID severo. Al compararlos con 36 individuos que nunca testearon positivos para COVID-19, se observó que aquellos con COVID severo producían casi cuatro veces más anticuerpos contra tres especies de hongos comúnmente halladas en la microbiota intestinal, incluyendo la levadura Candida albicans. Una alta prevalencia de anticuerpos sugiere que estas personas tenían cantidades elevadas de estos hongos.

Muestras de materia fecal recolectadas en 10 personas con COVID-19, también presentaron cantidades mayores de hongos intestinales en comparación con individuos sanos. En estas personas, la abundancia de Candida se correlacionó positivamente con la severidad de la enfermedad.

En el estudio también se observó que las personas con COVID-19 grave seguían teniendo niveles elevados de anticuerpos contra C. albicans y precursores de neutrófilos preparados para contrarrestar los hongos mucho después de haberse recuperado de la enfermedad, incluso hasta un año después en algunos casos. Estos factores apuntan a que los cambios en la micobiota durante una infección por SARS-CoV-2 podrían contribuir a la inflamación asociada a COVID prolongada.

Aún no está claro si los cambios observados en la micobiota de las personas con COVID-19 son consecuencia de la enfermedad o la precedieron y las hicieron más susceptibles.

Se necesitan más trabajos que revisen la relación entre los hongos del microbioma intestinal y el COVID-19.

Link al artículo original: https://www.nature.com/articles/d41586-023-03295-w

Fuente: Nature

Para más información: https://www.nature.com/