Enf. Cardiovasculares - Publicado el 16 de junio de 2020

Una dieta baja en sal podría mejorar tanto el microbioma intestinal como la hipertensión

 Una dieta baja en sal podría mejorar tanto el microbioma intestinal como la hipertensión

Una investigación reciente realizada en la Universidad de Augusta demostraría que reducir el consumo de sal podría ser conveniente tanto para el microbioma intestinal como para la presión arterial, sobre todo en mujeres con hipertensión no tratada.

En la sangre de 145 adultos con hipertensión no tratada, los científicos encontraron que, particularmente en las mujeres, sólo seis semanas de una ingesta diaria de sodio cercana a los 2.300 miligramos recomendados por grupos como la Asociación Americana del Corazón, resultó en un aumento de los niveles de ácidos grasos de cadena corta, un indicador de un microbioma saludable. Los adultos hipertensos habrían experimentado también una disminución de la presión arterial.

"Hay una conexión", explica Haidong Zhu, genetista molecular del Instituto de Prevención de Georgia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Augusta, sobre las crecientes pruebas de que el microbioma tiene un papel directo en la regulación de la presión arterial y sobre cómo una dieta, rica en sal, podría interferir en una dirección saludable.
Su estudio en la revista Hypertension sería el primero en observar cómo la disminución de la ingesta de sal en humanos afecta los ácidos grasos de cadena corta o SCFA (por sus siglas en inglés), circulantes

La evidencia emergente sugiere que una dieta alta en sal alteraría el microbioma intestinal, pero hay pocos datos en humanos. "Estamos tratando de comprender los mecanismos subyacentes", comenta Zhu, cuyo enfoque de investigación incluye una mayor comprensión de las formas en que una dieta alta en sal induce la hipertensión arterial.

Los ácidos grasos de cadena corta o SCFA, desempeñan un rol en la regulación de la presión arterial. Estos pequeños metabolitos que se originan en el intestino, se absorben, se unen a los receptores en el revestimiento de los vasos sanguíneos y en los riñones, regulando por ejemplo, la liberación de renina, una enzima que funciona para mantener los riñones bien perfundidos y un importante jugador en control de la presión arterial. Los niveles sanguíneos de SCFA podrían considerarse un indicador de la salud del microbioma intestinal.

Según su hipótesis, incluso una modesta reducción en la ingesta de sal alteraría las concentraciones de SCFA circulantes y disminuiría la presión arterial.

Los científicos observaron a un grupo de personas de 30 a 75 años con hipertensión arterial no tratada pertenecientes a un estudio anterior en la Universidad Queen Mary de Londres. Debido a que no se tomaron muestras de heces de los participantes, no pudieron observar más directamente la microbiota intestinal, por lo que midieron los SCFA circulantes.

Todas las personas recibieron dos semanas de instrucción detallada sobre cómo reducir su ingesta de sodio a aproximadamente 2,000 miligramos/día, información que fue reforzada en el transcurso del estudio. Luego, en lo que se llama un estudio aleatorizado, controlado con placebo, la mitad de los participantes recibió una tableta de sodio o una tableta de placebo nueve veces al día en el transcurso de seis semanas y luego cambiaron de grupo.

Descubrieron así, que la reducción de sodio aumentó los SCFA, el producto final de la fermentación de fibras que consumimos, por nuestra microbiota. El aumento de los niveles de SCFA que encontraron se asoció consistentemente con una presión arterial menor y una mayor flexibilidad de los vasos sanguíneos.

Si bien los períodos de mayor ingesta de sal llevaron a un aumento de la presión sanguínea tanto en hombres como en mujeres y se observaron mejoras en ambos sexos con un movimiento hacia niveles más bajos de sal, los cambios fueron mayores en las mujeres, dice Zhu. Si bien todos tenemos una microbiota ligeramente distintiva, influenciada por cosas como la dieta y el medio ambiente, generalmente hay diferencias consistentes entre hombres y mujeres.

"El sodio es un factor en ambos sexos, pero el impacto en la relación con el microbioma intestinal parece más en las mujeres",  informa Zhu. "Necesitamos estudiarlo más a fondo para ver si eso es cierto y por qué es cierto si se cumple". Puede ser que el alto contenido de sal afecte la presión arterial a través de diferentes vías en hombres y mujeres, agrega.

Como ejemplos, la presión sistólica de 24 horas, fue casi cinco puntos menor cuando las mujeres consumían una dieta baja en sal versus una alta en sal y un poco más de tres puntos menor en los hombres. Las presiones nocturnas también fueron menores, con números sistólicos que disminuyeron casi cinco puntos en las mujeres y poco menos de tres puntos en los hombres a medida que disminuyeron la ingesta de sal.

Abstract: https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/HYPERTENSIONAHA.120.14800